QUE JARTERA EL PRINCIPE AZUL....

Es una lástima que las mujeres hayamos leído desde niñas historias tan pendejas como  los cuentos de hadas, que nos desvirtuaron nuestro sentido la objetividad sobre el compañero perfecto.

Lo siento por las mujeres que solo han tirado con el marido, pues lo único que se necesita para reconocer que el Príncipe Azul es un parejo jarto y  aburrido... es haberse   besado  con varios sapos…. muy... pero muy... interesantes.

Seguramente algunas de mis amigas fingirán no entender ni mierda, pues  hasta el derecho a la sinceridad nos  quitaron desde épocas muy remotas a las mujeres. Todos nos acordamos del mítico Don Juan que conquisto su fama por tirar al catre a un centenar de chicas;  en contraposición  con la  puta de María Magdalena,  a la que de no intervenir el compasivo Chucho,  hubiesen apedreado por su historial romántico.

Por eso las mujeres nunca confesamos   con cuantos hombres hemos  ido a la cama y aún en una época donde  la virginidad pasó de moda, cuando cambiamos de estado civil y nos volvemos señoras “De” si no llegamos vírgenes al matricidio, pregonamos muy dignas,  máximo,  máximo,  que el esposo es el segundo y que con el primero solo paso el desvirgue y si el marido nos cuestiona dudoso porque sabemos tanto….sencillamente le decimos con cara inocente   "...lo aprendí por correspondencia...".

Siempre he pensado que cualquiera puede ser el primer hombre en tu vida….pero solo un hombre berraco puede ser el último.

Traigo a colación éstas reflexiones porque, como quiere la historia,  que las mujeres hiciésemos buenas elecciones de nuestros compañeros en el pasado,  si nos quitaron la posibilidad de probar. ¿Cómo puedes  saber que un producto es bueno o malo si no lo has probado?.

Las relaciones que he tenido a lo largo de mi vida, me han dejado la sensación de que me tumbaron… me  he sentido  estafada como consumidora….no quiero decir que no las haya disfrutado, ni que fueran totalmente malas, solo que no tuvieron una buena relación costo beneficio… No puedo evitar dejar de compararlas  con el mercadeo de productos, donde hay tanta publicidad engañosa,  sobre atributos, promesas básicas, durabilidad, calidad y valores agregados.

Esto  me ha dejado como utilidad  estar segura de lo que no quiero…. sigo en  la búsqueda incesante de perfilar como debe ser  el último hombre ideal de mi vida... descubriendo  estupefacta en el análisis,  el devastador efecto que ha  tenido sobre nuestro género,  el estereotipo del “Príncipe Azul” de los cuentos de hadas.

Lo que más me saca la piedra,  es que esas  famosas historias insultan nuestra inteligencia; por ejemplo,  siempre me pareció La Cenicienta, discriminatoria para las mujeres patonas como yo,  que desde los  doce  años calzo en zapatos  cuarenta  para niñas,  lo cual  solo me dejaba como opción ser actriz del reparto…  ósea  hermanastra…. nada que ver…

Definitivamente no quiero un Príncipe Azul, me parece altamente sospechoso un tipejo  que tiene que recurrir a su papito el rey para que le organice  una mini tk para conseguir  novia….muy pero muy extraño si  supuestamente era tan buen partido….mínimo  era gay, mal polvo, tenia mal aliento o golpe de ala.

No tengo la capacidad de sacrificio de la incoherente y masoquista Rapunzel que se sometió a la tortura del blower de semejante cabellera y al maltrato físico de los tirones de pelo,  para que su amado pudiera  subir a su torre.

Me hubiera encantado  que   Blanca Nieves se hubiera quedado con los  siete mancitos que no dudaron en compartirla y trabajar para ella...seguramente seguiría   feliz por siempre y sin tener que cocinar, lavar y  hacer el aseo del castillo cuando se quedaba sin muchacha del servicio.

Me gusta más la actitud pícara de la  Bella Durmiente que se hizo la pendeja y fingió  narcolepsia…se martillo un poco….. hasta que apareció el indicado.

Pero  la peor de todas es  Caperucita Roja, que demostró heredar  los mismos genes ingenuos de su  abuela,  cuando prefirió la trocha a la segura autopista para llegar a su destino y además solapada como la madre,  que le pone ropa interior roja y la manda al bosque con el cuentecito de que no se detenga a hablar con nadie.

Es increíble que al final del cuento se haya quedado solterona rechazando dos buenos  candidatos,   por la tan absurda mentalidad de esperar el príncipe azul,  que estaba literalmente EN OTRO CUENTO….nadie le dijo a la pobrecita que en su cuento no había príncipe.

Yo lo habría intentado con el   Leñador, hombre polifacético que dominaba  de manera sorprendente el uso de armas blancas,  recordemos su destreza con el hacha y ambivalentemente era  experto  en la práctica de la  gineco-obstetricia,  demostrada en la perfecta cesárea que le practico al Lobo  para rescatar a la abuelita. Un hombre con dos sueldos es el sueño de cualquier mujer y si es fornido, muy masculino y se hace matar por la familia de uno... que dicha, se merecía una oportunidad.

Pero el peor desacierto fue  dejar el mejor partido de todos….el  LOBO  FEROZ…que desperdicio…

Yo la verdad es que con el perdón de mis amigas que  estoy segura quieren lo mejor para mí,  pero como tienen marido no saben que el  hombre que me mandan a buscar solo existe en su imaginación y  además si aparece no me interesa. Me quedo con el Lobo Feroz... a un hombre de sus características  le perdono sus pequeños defectillos….que nadie lo califique de "corronchazo"  por su mal gusto para vestir, seamos sinceras… casi todas el día que conocimos a nuestros hombres aullaban solitos…. Disfrazados como el Lobo,  y nos tocó hacerles la reforma agraria y la asesoría de imagen gratuita antes de sacarlo al ruedo y presentárselo a las amigas. Que  el man era "pobretón", de "menor estrato" y “sureño” lo cual deducimos porque  no tenía carro y  por  su empleo  de “perdedor”,  recuerden que el Lobo  trabajaba de policía de tránsito cuando lo conoció Caperucita;  eso es fácilmente solucionable,  solo es cuestión de rebautizarle la profesión u oficio… si el tipo es  mensajero; se le dice a las amigas que es Especialista en Logística,  o si es empacador de supermercado,  pasa a ser “Analista de Bolsa” y  los porteros serán  Coordinadores de Admisiones y Salidas de personal,  y  a los  cocineros se  le sube el rango a Chef Ejecutivos  y hasta un empleado de oficios varios se convierte en  un Free Lance, después uno  se encarga de que se mude al norte, se le monta la infraestructura y con unas clasecitas de glamour se le tapa el estrato.

Con relación al  pasado delincuencial del Lobo (allanador de moradas…ratero de viandas  y  sonsacador  de niñas inocentes…) no es motivo de preocupaciones,  eso le da status en una sociedad donde está de moda estar sindicado,  acogerse a sentencia anticipada, la casa por cárcel  y tener problemas con la justicia.

Yo definitivamente me quedo con el Lobo y le perdono  hasta más! 

Para que  un aburrido, maricón, egocéntrico y mal polvo como el príncipe  si puedo  tener a un hombre…

QUE ME MIRE MEJOR! !

QUE ME ESCUCHE MEJOR! !

Y  Q U E  M E  C O M A  M E J O R! ! ! !

…..yo a un tipo  así… le perdono hasta la infidelidad…..así  se coma a mi abuela el mismo día que a mí….y  en mi propia  cama….